sábado, 17 de agosto de 2019

Mossos d’escuadra reculan ante un grupo de turistas que llegaron sin papeles a bordo de la patera o del open arms.

VÍDEO.- La escena es para ‘m**r’ y no echar gota. Llegan los mossos muy decididos a despejar la calla de manteros y hasta se atreven a decomisar algún cargamento, pero los subsaharianos se van para ellos, alguno silla en mano y la policía autonómica se caga literalmente y ante el temor a llevarse una tunda, opta por dejar que los ‘ilegales’ les quiten la mercancía y se marchen con ella.



Son negros. Nosotros blancos. Ellos mahometanos. Nosotros lo que nos dé la gana, porque para eso nos hemos ganado a pulso y sangre tener la sociedad más libre, próspera y justa de la Tierra: Europa. Ellos están aquí impunemente ilegales. Nosotros no podemos elegir ilegalidad (no pagar a Hacienda, tener armas de guerra, ejercer la medicina sin título...). Doce mil menores de edad, escondidos tras unas siglas, MENAS, retenidos ilegalmente por las autoridades españolas sin ser devueltos a su país y/o sus padres como manda la ley, convierte a las blancas autoridades españolas en negros virtuales que están por encima de la ley, las mismas autoridades que ordenan a los mossos d’escuadra descuadrarse ante un grupo de turistas que llegaron sin papeles a bordo de la patera o del open arms de turno y que se han convertido, tras ver que no hay bemoles, es decir, imperio de la ley, en lo que siempre fueron: chulos matones.

No es una anécdota, Ni siquiera un aviso de a dónde nos dirigimos. Es una realidad.

Contemplar las humillantes escenas en las que unos pocos inmigrantes a los que se les permite elegir ilegalidad sin consecuencias se encaran, amenazan y se burlan de nuestra policía nos está mostrando dónde vivimos: a donde nos ha llevado gente como el President o el Conseller de Interior de la Cataluña que se independizó de broma. Un lugar que es ya, sin necesidad de esperar a la República Catalana, ese peor lugar que nunca imaginamos. Porque cuando vemos a los mossos d’escuadra recular ante los matones chulos que llegaron en patera o en yate de ONG, estamos contemplando ya, aquí y ahora, el fin del imperio de la ley y el principio de la cultura de la que emigran estos sujetos hasta el paraíso de los idiotas pagadores de mejores vidas patoreados por gente miserable que vende nuestra libertad, nuestra prosperidad y nuestra justicia, telediario tras telediario, vídeo tras vídeo, a cambio de un sueldo, un sillón y un destacado lugar en la orla de la villanía histórica a la que las mafias del trasiego humano llaman solidaridad.

Si la policía sólo está para impedir que los españoles hagan impunemente lo que vemos un día sí y otro también hacer a quienes los medios de incomunicación y propaganda del régimen disfrazaron de pobrecitos inmigrantes llegados ilegalmente en patera o yate solidario, es que ya estamos en esa África de miseria y matonismo de caciques que estos sujetos abandonaron tras pagar un dineral a las mafias de uno y otro lado de la costa que ellos sí pueden pagar. Los capos de allí no los conocemos. Los de aquí se van desenmascarando ellos solos poco a poco. Gente (es un decir) como Torra, Buch i Moya, la inefable hada Colau o, cómo no, el comisionado francés para el protectorado español en Cataluña: Manuel Vals. Todos esos y los ciudadanos que se lo permiten. Los mismos que dejan automáticamente de serlo en el momento en que el imperio de la ley retrocede al paso de los mossos traicionados por sus mandos políticos, que son los capos de este lado de la costa, los caciques de esta nueva África sólo para africanos donde los españoles hemos quedado para pagar y callar.

Sírvase alguien a hacer algo, antes de que en noble pueblo español, con su policía al frente, diga basta. Sírvase alguien hacer cumplir la ley a todos por igual, incluso aunque no sean españoles, blancos y honrados ciudadanos y ciudadanas. Lo contrario, como la Historia ha demostrado tenazmente, será peor… para los peores, no para los mejores, que somos nosotros y nuestros mossos d’escuadra.

Presidente  Nacional de Nosotros
Partido de la Regeneración Social
Óscar Bermán

miércoles, 7 de agosto de 2019

El lazo amarillo en el Ayuntamiento de Palafolls, me pregunte ¿es lo que quiero yo?, ¿me representa?.

Cuando el mundo divide, siempre alguien sale dolido, herido y hasta posiblemente fracturado. 
Las palabras van siempre en una dirección y nuestra interpretación refleja nuestras costumbres, creencias y lazos culturales. 

Una población es de todos los que la vivimos, las disfrutamos y la queremos porque es parte de nuestra identidad. Siempre pienso que elegí defender los ideales de los ciudadanos con mi visión política que representa en el acierto y o el error a los que entienden y votan con su acción consiente que emana de su voluntad mis ideas. 

Me han elegido muchos y no es poco este honor. La democracia es simple y clara, todos ponemos un sistema que representa a las mayorías. Esto no significa que los que ganan hacen lo que quieren y pueden decidir su voluntad para todos. Eso es obligar a muchos que no los votaron y menos representativo. 

Cuando veo el lazo amarillo en el Ayuntamiento de Palafolls, me pregunte ¿es lo que quiero yo?, ¿me representa?, en fin hoy no siento que dividir nos hace ganar, dividir es ganar espacios sin tolerancia. Sin escuchar, sin construir. Ya mis abuelos han vivido divisiones sin razones, la historia hay que conocerla y vivirla. Una España unida y fuerte. Siendo Catalán y Español.
Óscar Bermán