“Es hora de que dimitan los que dentro de mi partido nos han
conducido a esta situación de caos”, manifestó hoy el dirigente del PP
catalán y concejal en Palafolls (Barcelona), Óscar Bermán, muy indignado
por la deriva política de España y la inactividad de Mariano Rajoy
frente a los múltiples contactos que está manteniendo el líder del PSOE,
Pedro Sánchez, con otros grupos parlamentarios de la izquierda radical
para formar un Gobierno “frentepopulista”. “El PP se encuentra
completamente paralizado. Sabemos que la aritmética parlamentaria no nos
favorece, pero tampoco hemos escuchado a Rajoy defender una propuesta
original, una idea genial, algo que al menos sirva para destapar las
vergüenzas de la izquierda española y sus cómplices separatistas”.
Esta inacción de Rajoy sirve a Bermán para aventurarse en una tesis
que va cobrando fuerza en círtculos internos del PP. “Empiezo a creer
que el presidente del Gobierno en funciones prefiere dejar de serlo
antes que tomar una decisión drástica frente al desafío de los
separatistas. Me pregunto si Rajoy sirve a los intereses de su patria o a
los del sionismo antieuropeo”.
El dirigente del PP catalán, muy crítico con la línea
contemporizadora de su partido en asuntos que considera clave para el
fortalecimiento moral de la sociedad española, se pregunta “qué futuro
nos espera, con estos mediocres dirigentes de derecha y de izquierda,
que han sido el núcleo de la corrupción y de la perversión política en
España”.
Y añade: “Es hora de hacer autocrítica y de preguntarnos si nos
sentimos satisfechos con esta democracia. En vez de contribuir al
objetivo de una España política y económicamente soberana, lo que se ha
hecho todos estos años ha sido embrutecer a la población a través de la
televisión basura. Se ha trasplantado en España el modelo social
imperante en Sudamérica, y que consiste en una élite con todos los
privilegios frente a una población mayoritariamente incapacitada para
ningún desafío, presa de la incultura, del consumismo y de la
telebasura. Esa masa inculta y desposeída de algún valor trascendente es
la que ha hecho posible el advenimiento de los partidos emergentes. Si
hace 40 años nos hubieran dicho que la democracia nos abocaría a esto,
la situación seguramente hoy sería muy distinta, porque no lo hubiésemos
permitido”.
Y continúa: “Algo habremos hecho muy mal para pasar de ser la novena
potencia industrial del mundo en 1975, con un sector industrial que
ocupaba el 36% del PIB, a convertirnos hoy en un país de camareros y de
subsidiados. Algo habremos hecho rematadamente mal para que el
separatismo, que en 1975 apenas alcanzaba el 3%, hoy sea defendido por
casi la mitad de la población catalana”.
A Óscar Bermán le preocupa que “las estructuras del Estado” estén
siendo “atacadas nuevamente por la izquierda más radical, como en la
época más oscura de nuestra historia más reciente”, y cree que ello no
ha sido fruto de la casualidad, sino el resultado de “un deliberado
plan, seguido a rajatabla por todos los partidos del arco parlamentario,
para la destrucción de Europa”. “Los poderes mundialistas utilizan
nuestros países para sus fines diabólicos. No habrían logrado la
consumación de sus perversos objetivos sin la colaboración de los
políticos españoles y del resto de Europa”, denuncia.
En ese sentido, aboga por la puesta en marcha de un plan para la
recuperación demográfica, con un proyecto encaminado al fomento de la
natalidad, a través de medidas económicas, sociales y laborales que
hagan compatible el trabajo y la familia. También defiende la derogación
de las leyes abortistas. “Vemos que el aborto sólo existe en los países
occidentales en los que esos poderes mundialistas pretenden el cambio
demográfico. Hace falta explicar por qué”.
Por otra parte, Óscar Bermán aboga por una reestructuración urgente
del Estado de las Autonomías y la centralización de competencias, como
la cultura y la enseñanza. Así razona su punto de vista, que refrenda el
del colaborador de AD y catedrático de Economía, Roberto Centeno:
“España tiene un problema político estructural que nos ha llevado a
crecer muy por debajo de nuestro potencial en el pasado y nos llevará a
la ruina sin la menor sombra de duda en el futuro. Cualquier análisis
económico sobre España que no empiece por tener en cuenta que el actual
modelo de Estado, que representa un despilfarro anual en relación a un
Estado descentralizado equivalente al 10% del PIB, es una estafa
intelectual incapaz de explicar nuestro futuro. Y esto no es un juicio
de valor: son matemáticas. El problema de España, el futuro de nuestros
hijos, es un modelo de Estado tan disparatado que es único en el mundo, y
donde los dos tercios de gasto público –excluida la Seguridad Social–
son descentralizados; que compara con solo un tercio del gasto
descentralizado en los Estados federales, algo que España ni siquiera
es.
Pero no solo se trata de un modelo de Estado imposible de financiar,
es que su ineficiencia de gestión resulta abrumadora. Donde antes había
una persona hoy hay 17; en lugar de caminar todos en la misma dirección
se camina en direcciones opuestas. Es más fácil mover productos e
instalar empresas entre países de la UE que entre CCAA, donde existen
300.000 empleados públicos dedicados a tiempo completo a inventar,
implantar y vigilar el cumplimiento de normativas destinadas a destruir
el mercado único, a fragmentar España. La insolidaridad entre
comunidades es total. ¡Se blindan hasta los ríos! Los proyectos más
absurdos, las inversiones más disparatadas, las duplicidades de todo
tipo, el nepotismo y la corrupción, tanto institucional como personal,
encuentran el entorno más favorable que pueda imaginarse para crecer sin
límite ni control. No hacen falta muchos cálculos para ver que el
Estado autonómico será la ruina de España”.
Cree Bermán que el origen del Estado de las autonomías es claro e
inequívoco: “una imposición a los españoles derivada de las ansias de
enriquecimiento y relevancia social de los ‘padres’ de la Transición,
unos irresponsables sin el menor sentido del Estado, cuyo pistoletazo de
salida fue el ‘café para todos’ de Suárez, uno de los mayores desatinos
de la historia de España. Este grupo de insensato puso en marcha un
mecanismo infernal único en el mundo, económicamente inviable e
intrínsecamente corrupto, en el que se inventaron diecisiete autonomías
contrarias a la realidad histórica y objetiva de España, y una
partitocracia totalitaria que somete al Ejecutivo el resto de poderes
del Estado e impone un sistema electoral no representativo de listas
cerradas que además prima a los partidos nacionalistas y separatistas,
cuyos votos valen hasta cinco veces los del resto de los españoles”.
Por último, el concejal popular de Palafolls se muestra favorable a
“la reorganización de las facultades universitarias inútiles”, que en su
opinión sólo sirven para “adoctrinar a los jóvenes estudiantes en el
marxismo antiespañol y en los antivalores”.
http://www.alertadigital.com/2016/01/19/oscar-berman-concejal-y-dirigente-del-pp-catalan-me-pregunto-si-rajoy-sirve-a-los-intereses-de-su-patria-o-a-los-del-mundialismo-antieuropeo/
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