Nada como los hechos para aclarar
las ideas. Podemos convencernos de que el mundo va a seguir al pie de la letra
nuestros proyectos, que la explicación de las cosas se corresponde con lo que
pensamos o que nuestros deseos terminarán imponiéndose con sólo darles tiempo.
Pero no es así.
La iniciativa, en política como
en tantas otras cosas, no puede nunca perderse. Incluso cuando de lo que se
trata es de permitir que el adversario siga actuando equivocadamente. Incluso
cuando esa iniciativa consiste en no hacer nada. Pero cuando ceder
permanentemente la iniciativa se disfraza de astuta estrategia, estamos
engañándonos y, también, engañando a quienes lo quieran.
Ganar tiempo es la estrategia
chica de quienes pretende hacer pasar su pillería por inteligencia, su inacción
por sabia actuación y su cobardía por prudencia tan elevada que nadie alcanza a
verla. Seguir sentado en la silla no es prueba de nada, excepto de que seguimos
sentados. Los hechos, sin embargo, son elocuentes pero, a lo que se ve, no evidentes
para algunos. Y los hechos son:
Que el PP tiene minoría
mayoritaria. Es decir, que fue el menos perdedor de las pasadas elecciones. No
el ganador. Que Mariano Rajoy, pues ese es el PP, malgastó el mayor poder
político que nadie ha tenido en democracia para pasar el tiempo y, así,
ahorrando esfuerzo, demostrar que ningún problema se resolvió, pero ninguno
tampoco nos explotó porque, “¡Miren! Sigo sentado en la silla”.
Apenas cuatro regates y, ahí van
unos euros y allá más prebendas, de Vizcaya y Canarias nos viene dado, sin
hacer apenas nada, y a costa del erario (ya saben, lo dijo la ministra, que el
dinero público es de un tal Nadie) sigo en la silla o, lo que es al caso, no
habrá elecciones anticipadas. Porque todo está atado y bien atado con Susana y
cogido por donde duele con los pujoles. Pero he aquí que llegan los hechos y la
silla tiembla, y se muda el gesto de D. Mariano cuando pierde a Susana y, al
tiempo, los pujoles grandes y chicos, interpuestos o presentes, le dicen que
ahora jugamos a hechos consumados, que habrá referéndum, vaya quien vaya al
juzgado, nunca a la cárcel. Y que habrá independencia, se ponga D. Mariano de
pie o siga sentado.
¿Cabe en cabeza alguna que, ante
esos hechos, el Presidente de un país hable de “gravísimo chantaje y amenaza” y
su ministra de defensa de “golpe de estado” y, luego, no pase nada? Bueno sí,
que ese mismo Presidente de un país en el que, según su gobierno, se está
tramando un golpe de estado, anime, exija más bien, a la sociedad para que se
movilice ante el proyecto independentista catalán… “Porque yo -le faltó añadir-
ya saben que estoy sentado”.
Ante el hecho consumado de que es
Pedro Sánchez quien gobierna a su socio de negocios políticos, el PSOE, sólo
sabe descomponer el gesto y repetir “no habrá elecciones anticipadas”, como si
con ese mantra pudiera conminar a los hechos para que le sean favorables. Ante
el hecho consumado del referéndum ¿qué hará quien de no hacer nada ha hecho su
oficio?.
Óscar Bermán
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