jueves, 14 de marzo de 2019

Inés Arrimadas tuvo que ir a Andalucía para que las expectativas de gran triunfo de Ciudadanos no terminara en fiasco.

Inés Arrimadas tuvo que ir a Andalucía para que las expectativas de gran triunfo de Ciudadanos no terminara en fiasco y, al menos, los votos dieran para compartir silla y mantel con el PP. Y ahí están, manteniendo vivas las promesas como si aún estuvieran de campaña. Ni se levantan alfombras, ni se quita el impuesto de sucesiones, ni se cierran los chiringuitos de empleo amigo… Todo eso y más se sigue aplazando, miniaturizándose o, directamente, olvidándose. En fin, nada que no sepamos de la vieja política que se resiste a morir. 

Ese viaje agridulce que dejó a Ciudadanos en el limbo de una casi victoria y casi derrota promocionó el currículo de Inés como salvadora de fiascos electorales fuera de Cataluña. Y tal vez sea por eso que Albert Rivera decidió sacarla de Cataluña, tras un año y dos meses de hacer de su triunfo una absoluta inutilidad, para que, ante las previsiones de nuevo fiasco en las Generales, Inesita se queme con él. Porque de eso va la cosa. 

Discursitos parlamentarios, ocurrencias chisposas, poses dialécticas y mucho maquillaje político. ¿Qué has hecho, Inés, con tu triunfo? Porque los políticos de verdad miden su talla en el liderazgo de la oposición. Y tú, Inés, has tenido y malgastado una posición de lujo en el cuadrilátero de una Cataluña nunca más huérfana y traicionada que ahora. Nunca más esperanzada en un partido más votado por primera vez no nacionalista o frentepopulista. 

¿Qué has hecho Inés? Te preguntan los que te votaron. No podía hacer nada, respondes tú. No me daban los números que me disteis. ¿Tal vez sólo puedes hacer algo si te entregan el gobierno? 

Catorce meses haciendo el Rajoy. Y, al final, antes de huir de tu incapacidad, otra pose, otro golpe de pintalabios, otro habla de esto que esto funciona. Te vas a Waterloo a manifestarte ante la caricatura de President de lo que una vez fue Cataluña, ahora empequeñecida por todos vosotros, ¿para qué? ¿Para ser menos aún que el personajillo? ¿Para ser minucia ante la minucia? ¿Para salir en la TV? ¿Así comienzas tu campaña para prometer promesas junto a Albert y, luego, cuando más, seguir haciéndolas como en Andalucía o no hacer nada porque no te dan los votos, ni la talla como en Cataluña? 

Patético colofón a tu triste pérdida de la gran oportunidad que te dieron los catalanes que no quieren ir a Waterllo a pedir que Cataluña siga siendo libre y española. Los mismos que no te han visto ni un sólo acto político a la altura del reto. Los mismos que ahora te ven con indiferencia irte a ser pareja de destino de un Inés Rivera que no quiere fracasar sólo ni que tú sigas ahí quieta, esperando el vuelo de los buitres para, entonces, sentarte en la silla de Rajoy, presta a emularlo en palabritas y naderías. 

Mientras, en Cataluña seguimos esperando que a alguien le salgan los números y decida atender nuestro interés, aunque se pierda el suyo. Que para eso están los políticos y las políticas que merecen que ese nombre no se convierta en un insulto.

Presidente Nacional de Nosotros
Partido de la Regeneración Social
Óscar Bermán Boldú