sábado, 10 de octubre de 2015

Regeneración Popular, o adiós al Partido Popular

Las elecciones del 27S han sido formalmente autonómicas y políticamente plebiscitarias. La lectura e interpretación de su resultado no se presta a la confusión. Podría parecer que todos ganan y ninguno pierde, pero no es cierto. Una cosa es palpable: El resultado fue rotundo y no deja margen para otro tipo de interpretación. No es confuso, es claro y objetivo., ha perdido mi partido, el Partido Popular.

El PP tiene su parte de culpa en que España se haya vuelto una especie de nuevo “Reino de Taifas”, donde el separatismo sedicioso hace lo que le da la gana sin que el Gobierno de la Nación lo ponga en su sitio. No es casualidad, hemos estado durante años siendo los sirvientes del nacionalismo catalán. No hemos tenido decisión ni coraje alguno, y hemos dado lugar con nuestra torpeza y cortoplacismo a otras opciones. Cs son los ganadores más evidentes en Cataluña.

El 27S es el quinto resultado negativo del PP en cortísimo espacio de tiempo, cada día somos más débiles, y continuamos perdiendo el espacio político que nos es propio y natural. Pero quienes tienen que asumir más responsabilidades se aferran al cargo y no hacen autocritica.

En realidad, dimitir es una consecuencia de un profundo proceso reflexivo personal y profesional. No es condición de un “partido” y sí de la propia persona. No se trata solo de autocriticarse, se trata de una reflexión colectiva, del colectivo político PP. El Partido Popular en sí, no tiene problemas, los problemas están siendo ocasionados por las personas que componen el PP y que aunque vivan “en una sociedad abierta y moderna, como la sociedad española, están comportándose como señores medievales defensores de sus territorios, basados única y exclusivamente en dominar e imponer.

El partido entero ha perdido, por lo tanto, la responsabilidad aquí es de todos, en menor grado de unos y en mayor grado de otros, pero el partido en su totalidad tiene la culpa por este desgaste dentro del panorama político nacional y más recientemente en Cataluña, donde el resultado fue vergonzoso. La cúpula “PEPETISTA” está cometiendo errores por estar aferrándose a un modelo que ya no está más en consonancia con la realidad. Y los de las “bases populares dentro del partido” que por mucho tiempo se callaron y fueron omisos durante los primeros resultados negativos (“quien calla consiente”), también deberían asumir sus respectivas responsabilidades.

No es solo el PP de Cataluña que está roto y si todo el PP. Eso sucede como consecuencia de un discurso ideológico vacío de contenido y de ideas. ¿Dónde están los valores y principios del partido? Es EXACTAMENTE a partir de este punto que el PP ha perdido sus electores y el liderazgo.
Al expresidente Aznar le descalifican, algunos de los que antes más le adulaban, por decir en público lo que otros solo se atreven a murmurar en privado. Se le crítica con afán descalificador, pero nadie da explicación del fondo de lo que dice. Nadie responde argumentalmente a sus críticas.

No obtendremos buenos resultados haciendo siempre lo mismo. No obtendremos buenos resultados haciendo una campaña apresurada e improvisada. No obtendremos buenos resultados dejándolo todo para el final, y nombrando candidatos en el último momento.

O el PP se regenera en profundidad, incluso se refunda, con nuevas caras y un proyecto claro y nítido que recupere y renueve sus señas de identidad o acabaremos en un partido residual.

La regeneración popular que necesitamos urgentemente en el PP ha de remover los cimientos, sacar fuera los mejores sentimientos, arengar a los nuestros y afrontar los problemas reales de los ciudadanos, con hechos, con verdades y determinación.

Tenemos que tener Actitud, coraje, valentía, y sobre todo expresar y decir lo que se siente y decirlo honestamente, con humildad pero con la firme predisposición a trabajar abnegadamente hasta conseguir los objetivos, y hacerlo llegar, a diario, con sentido común a los españoles.

Ahora es el momento de formar una corriente interna donde se ponga en marcha la Regeneración Popular. De no hacerlo, de no asumir la responsabilidad por los nefastos resultados obtenidos últimamente, de no producir los cambios internos que son absolutamente imprescindibles, tendremos que abandonar el Partido al que hemos sacrificado, con generosidad, muchos años de nuestra vida política, por no pactar con el inmovilismo que solo conducirá al fracaso.

Óscar Bermán Boldú


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