lunes, 29 de mayo de 2017

"Rajoy acomplejado, sin coraje ni sentimiento en Cataluña".


Nada como los hechos para aclarar las ideas. Podemos convencernos de que el mundo va a seguir al pie de la letra nuestros proyectos, que la explicación de las cosas se corresponde con lo que pensamos o que nuestros deseos terminarán imponiéndose con sólo darles tiempo. Pero no es así.

La iniciativa, en política como en tantas otras cosas, no puede nunca perderse. Incluso cuando de lo que se trata es de permitir que el adversario siga actuando equivocadamente. Incluso cuando esa iniciativa consiste en no hacer nada. Pero cuando ceder permanentemente la iniciativa se disfraza de astuta estrategia, estamos engañándonos y, también, engañando a quienes lo quieran.

Ganar tiempo es la estrategia chica de quienes pretende hacer pasar su pillería por inteligencia, su inacción por sabia actuación y su cobardía por prudencia tan elevada que nadie alcanza a verla. Seguir sentado en la silla no es prueba de nada, excepto de que seguimos sentados. Los hechos, sin embargo, son elocuentes pero, a lo que se ve, no evidentes para algunos. Y los hechos son:

Que el PP tiene minoría mayoritaria. Es decir, que fue el menos perdedor de las pasadas elecciones. No el ganador. Que Mariano Rajoy, pues ese es el PP, malgastó el mayor poder político que nadie ha tenido en democracia para pasar el tiempo y, así, ahorrando esfuerzo, demostrar que ningún problema se resolvió, pero ninguno tampoco nos explotó porque, “¡Miren! Sigo sentado en la silla”.

Apenas cuatro regates y, ahí van unos euros y allá más prebendas, de Vizcaya y Canarias nos viene dado, sin hacer apenas nada, y a costa del erario (ya saben, lo dijo la ministra, que el dinero público es de un tal Nadie) sigo en la silla o, lo que es al caso, no habrá elecciones anticipadas. Porque todo está atado y bien atado con Susana y cogido por donde duele con los pujoles. Pero he aquí que llegan los hechos y la silla tiembla, y se muda el gesto de D. Mariano cuando pierde a Susana y, al tiempo, los pujoles grandes y chicos, interpuestos o presentes, le dicen que ahora jugamos a hechos consumados, que habrá referéndum, vaya quien vaya al juzgado, nunca a la cárcel. Y que habrá independencia, se ponga D. Mariano de pie o siga sentado.

¿Cabe en cabeza alguna que, ante esos hechos, el Presidente de un país hable de “gravísimo chantaje y amenaza” y su ministra de defensa de “golpe de estado” y, luego, no pase nada? Bueno sí, que ese mismo Presidente de un país en el que, según su gobierno, se está tramando un golpe de estado, anime, exija más bien, a la sociedad para que se movilice ante el proyecto independentista catalán… “Porque yo -le faltó añadir- ya saben que estoy sentado”.

Ante el hecho consumado de que es Pedro Sánchez quien gobierna a su socio de negocios políticos, el PSOE, sólo sabe descomponer el gesto y repetir “no habrá elecciones anticipadas”, como si con ese mantra pudiera conminar a los hechos para que le sean favorables. Ante el hecho consumado del referéndum ¿qué hará quien de no hacer nada ha hecho su oficio?.

Habrá referéndum, y habrá caras demudadas por el miedo y la sorpresa. Y será la sociedad, quien se movilice, el pueblo español, como siempre, quien enfrente con hechos a los hechos y agarre la realidad que D. Mariano ha incubado sentado como llueca (que no. Que no es presidente), para que nada pase de lo mucho malo que vendría si sale adelante la fuerza y se tuerce el derecho. Si con nadie delante los independentistas dan el paso y nos ponen a todos, también al sentado, frente a un futuro truncado en nuestra Cataluña zaherida por jarramantas y en nuestra España vendida por mansos cabestros disfrazados de prudentes toros bravos que piensan, sin moverse, salir vivos y honrados de la plaza.  

Óscar Bermán

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