martes, 23 de octubre de 2018

Los europeos somos libertad o no somos nada.

Los europeos elegimos a lo largo de la Historia, con sacrificios, sufrimiento, guerras y sueños, el camino de la libertad. Porque ese, expresado con una sola palabra, el modelo de vida europeo: libertad. Todo lo demás viene de ella: el progreso, la justicia, la solidaridad… Los europeos somos libertad o no somos nada. Libertad que arrebatamos a los regímenes absolutistas y, también, al poder de una Iglesia que se comportaba exactamente como un buen musulmán: Imposición, totalitarismo, violencia. Una Iglesia que fue transformándose a medida que la sociedad europea reconquistaba su libertad de pensamiento, de credo, de vida. Un cristianismo que, en el mismo proceso en el que los europeos nos liberamos de su estructura opresora encontró su esencia verdadera, a tal punto que hoy en día, en todas sus variantes, coincide milimétricamente, a excepción de algunas consideraciones morales relacionadas con el sexo, con el modo de vida europeo: libertad, respeto a la diferencia y a la disidencia dentro de una lealtad hacia ese modo de vida. Una lealtad que debería llevarnos a defender el derecho a toda discrepancia menos aquella que conlleva no aceptar la discrepancia. Si no somos libres, no somos europeos. Sólo el liberticidio nos puede matar. Por eso, la defensa contra el liberticidio debe darse sin ninguna clase de tibieza ni cesión ante quienes lo llevan escrito en su libro y en su mente. Así de sencillo y así de trascendente. Sin libertad no hay progreso, ni justicia, ni verdadera solidaridad. Ni podremos nunca aspirar a la felicidad, que es primero y superior derecho de los humanos.
 
 Presidente  Nacional de NOSOTROS - Partido de la Regeneración Social

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