jueves, 25 de febrero de 2016

Mi rechazo tajante al multiculturalismo

Ninguna nación nace multicultural. El multiculturalismo es una situación artificial y malsana que sólo afecta a los Estado en declive general. Un Estado multicultural porta en lo más profundo de si mismo los gérmenes de su futura destrucción nacional. Todas las naciones multiculturales desembocan en un estado de ruina política, moral, económica y social. La avidez y la corrupción caraterizan al gobierno tanto como las medidas opresoras dirigidas contra los ciudadanos. La mentira y el engaño son lo propio de los medios de comunicación, los políticos y las instituciones educativas.
El multiculturalismo es utilizado como un martillo para forjar a los pueblos dóciles que conformarán los Estados obedientes del Nuevo Orden Mundial. Como arma de guerra de política moderna, el multiculturalismo tiene pocos equivalentes, lo que explica su utilización actual en toda Europa Occidental, los EEUU, Canadá y Nueva Zelanda.

La parcelación y división deliberada de estas nacio
nes y la pérdida de la identidad nacional y de proyecto común que desemboca en grupos políticos en conflicto entre ellos sirve de trampolín a un gobierno mundial. ¿Pero quién compondrá ese gobierno mundial? Una clase dirigente constituida en una ‘jerarquía económica’ reemplazará la ‘jerarquía natural’ de la filosofía del siglo XIX. Una fuerza que considera a los países y las personas que los pueblan primero como objetivos económicos para explotar, y después como objetivos militares que deben ser vencidos si oponen resistencia.

No hay que dejarse engañar por la apariencia entusiasta de esos “palmeros” de izquierda que son utilizados como los portavoces más convencidos del esplendor del multiculturalismo.

*Presidente y portavoz municipal del PP en Palafolls (Barcelona)


1 comentario:

Heathie dijo...

Y por esta clase de pensamientos la inevitable transculturalidad de un estado con fronteras artificiales que abarcan diferentes naciones dentro del mismo es algo negativo...